Últimas lecturas

¡Hola, lectores! 

¿Cómo estáis? Por aquí, el otoño ya ha llegado con fuerza. Reino Unido está precioso vestido de colores dorados y marrones, yo no siento más que emoción. Hoy vengo a hablarlos de las últimas lecturas que he hecho. No se corresponde exactamente a las lecturas del mes de septiembre, sino más bien de los últimos meses. El #Tochogate fue un fracaso para mí, pero cuando os cuente por qué, estoy segura de que lo entenderéis. ¡Vamos allá!




Danza de dragones, de George R. R. Martin (terminado el 24 de agosto): Este fue el motivo del gran fracaso que supuso para mí el #Tochogate. Ni siquiera lo puse en mi lista de libros que quería leer para el reto, básicamente porque pensé que, para cuando comenzara, lo habría terminado de leer. ¡Pero no! Leer este libro me llevó un mes y medio, y todavía estoy sorprendida por haberlo terminado. Para quienes no estén familiarizados, "Danza de dragones" es el quinto tomo de la saga "Canción de hielo y fuego", aunque casi todo el mundo la conozca por "Juego de tronos", debido a su adaptación televisiva. La mayor parte del quinto libro narra los hechos en el mismo punto temporal que el cuarto, pero desde el punto de vista de otros personajes distintos. En un punto determinado (cuando llevas bastante más de la mitad del libro leído) la línea temporal prosigue, y el autor nos cuenta (por fin) cosas nuevas, pero ni eso lo salva. No es que no esté acostumbrada al estilo narrativo de Martin: si hay algo que haga los libros infinitamente mejores que la serie es que dota a los personajes de una profundidad y complejidad que no se ven en la pantalla. En el libro Martin intenta, a través de sus personajes, hacernos comprender que la verdad siempre se compone de varios puntos de vista, y eso está bien, pero no eran necesarias más de mil páginas para ello. En este último tono, George R. R. Martin sigue preparando el terreno para las (varias) guerras que están por llegar, y es lo que lleva haciendo desde el primero. Hay muchas preguntas por responder, muchas tramas que tiene que cerrar y muchos personajes que tiene que colocar en el lugar adecuado para la batalla. Las dudas sobre si será capaz de hacer todo esto en los dos libros que le quedan cada vez son mayores. Le di dos estrellas en Goodreads. (Y sí, he tardado tanto en leer el quinto tomo porque la resaca del cuarto me ha durado años). 

Pan de limón con semillas de amapola, de Cristina Campos (terminado el 2 de agosto): llegó un momento en que necesité cierta desconexión de "Danza de dragones". La historia era tan densa y me estaba aburriendo tanto que cogí otro libro para olvidarme un poco y poder retomarlo más adelante. Compré este libro hace tiempo porque (para qué mentir) la portada me pareció preciosa, a pesar de tener una sinopsis que, a priori, no suele llamarme la atención. Necesitaba algo ligero y pensé que este libro podía cumplir mis expectativas. Cuál fue mi sorpresa al darme cuenta de que era absolutamente incapaz de despegarme de sus páginas. Cristina Campos nos regala la preciosa historia de dos hermanas, Anna y Marina, que no tienen nada que ver entre sí y cuyas vidas han sido muy distintas. Al recibir la herencia de una persona a la que no conocen ambas tienen que volver a verse, y ahí comienza un relato delicado, escrito con mimo, sobre las relaciones humanas y la manera en que la infancia y la adolescencia moldean la personalidad. Un alegato sobre que nunca es tarde para ser feliz. Un libro que me ha sorprendido para bien, y que se ha convertido en una de mis lecturas favoritas de 2017. ¡No dejéis de leerlo! Le di cuatro estrellas en Goodreads. 

La mujer que no quería amar. Y otras historias sobre el inconsciente, de Stephen Grosz (terminado el 27 de agosto): Soy una firme defensora de que cada libro tiene su momento y de que, más que elegir lo que quieres leer, el libro te elige a ti. Compré este hace años porque leí un fragmento en El País que me encantó, pero siempre que lo miraba pensaba que no me encontraba en el mood para abordarlo. No es un libro para leer de una sentada, puesto que no es una historia lineal. Es un recopilatorio de experiencias de Stephen Grosz con varios de sus pacientes, gracias a las cuales nos lleva por varios caminos: el amor, el duelo o la pérdida. Si bien algunas de las historias me dejaron más bien indiferentes, hay otras que me transmitieron muchísimo. Lo que más me gustó del libro es que el autor te expone, de una manera lo más objetiva posible, los hechos. La interpretación se la deja al lector y, así, cada experiencia es personal. Varias de ellas son realmente interesantes: son historias a las que mi mente acude de vez en cuando. Le di cuatro estrellas en Goodreads. 

Cartas a ninguna parte, de Ane Santiago (terminado el 3 de agosto): Este fue otro de los libros que leí mientras leía "Danza de dragones", para desconectar del libro principal. Aunque no lo he hecho en este blog, ya he expresado mi rechazo hacia este tipo de libros. Me explico: en los últimos años ha habido un boom de libros de dudosa poesía (bajo mi punto de vista, claro) de personas medianamente influyentes en las redes sociales. Este tipo de libros llenan las estanterías de casi todas las librerías y, con títulos muy sugerentes, invitan al comprador. Yo reconozco que caí, sobre todo porque la poesía es algo que puede ser actual, y me apetecía probar. En los últimos dos años he leído varios, y ninguno me ha convencido. ¿Por qué? Porque, a pesar de que algún que otro poema se salva, la mayor parte del libro me parece relleno. Unas ilustraciones muy bonitas, normalmente nunca del autor/a y contenido comercial sobre sentimientos y sensaciones que no me transmiten nada. Eso, y que el precio para libros que normalmente nunca sobrepasan las 100 páginas me parece desorbitado. Ahora bien, reconozco que con este en concreto tengo que afirmar que siempre existen excepciones, porque "Cartas a ninguna parte" lo es. Quizá porque me sintiera identificada con muchas palabras, quizá porque es sencillamente exquisito, este libro ha logrado conquistarme, y lo tengo lleno de marcadores y páginas subrayadas. Si queréis comenzar este tipo de lectura, os recomiendo este. Le di cuatro estrellas en Goodreads. 

Como de la familia, de Paolo Giordano (terminado el 27 de septiembre): Ay, Paolo. Yo busco lo que me hiciste sentir con "La soledad de los números primos", pero no hay manera. Lo he intentado con los dos libros que publicaste después, pero no. Tu obra maestra fue esa; después de "La soledad de los números primos" no hay vida. Es una lástima, porque este libro tenía todos los ingredientes para ser una gran historia. Y Paolo Giordano no escribe mal, todo lo contrario: tiene un dominio en las descripciones de las emociones humanas que es una delicia, con amplitud de adjetivos. Sin embargo, no conecta, al menos no conmigo. Era una historia que me estaba gustando y que, al final, se queda corta. Le falta algo. No se trata de que el final sea el esperado o no, es que a la historia en sí... le falta algo. Qué pena, Paolo. Le di dos estrellas en Goodreads. 

¡Esto ha sido todo! ¡Nos vemos pronto! 

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